La oficina es el lugar donde pasamos la mayor parte de nuestro tiempo. Es prácticamente el sitio en el que vivimos, compartiendo ocho o más horas diarias entre compañeros y jefes. Sin embargo, hoy en día la tecnología ha permitido que las personas trabajen en cualquier momento y desde cualquier lugar, de aquí que surjan inquietudes sobre el futuro de este espacio laboral.

Lo que hoy se considera el entorno ideal de un puesto de trabajo es la consecuencia de una larga evolución. Para empezar, recordemos que “las oficinas nacieron como cavernas húmedas, con torres de archivos hacinadas por todas partes, como si fueran estalagmitas oscuras. Fue en los años 50, que empezaron a volverse lugares limpios y deslumbrantemente iluminados”, explica Saval, autor de la Historia Secreta del lugar de trabajo.

También cabe mencionar que el mejoramiento del espacio laboral, evolucionó a partir de las teorías del ingeniero Frederick Taylor, quien propuso trasladar las técnicas industriales a las oficinas, para así eliminar todas las deficiencias en las tareas administrativas, de aquí que se hayan convertido en espacios abiertos y organizados, donde las tareas pasan de una mesa a otra, asemejando una línea de producción.

Por otra parte, al considerar la oficina, apostamos por un concepto de espacio de trabajo agradable, accesible y flexible a nuestras necesidades, no por un lugar compuesto por filas de escritorios que reúna a las personas durante 8 horas de trabajo solitario; por ello desde hace algún tiempo nuevas generaciones han realizado sus apuestas en este aspecto laboral, promoviendo entornos creativos, que admitan gran variedad de estilos de trabajo, fomenten la innovación y mejoren la productividad, como los soft seating o áreas confortables que los empleados utilizan para relajarse o trabajar de forma más distendida y las oficinas open spaces, con espacios que proyectan libertad, flexibilidad y movimiento.

Asimismo, a causa de la pandemia han emergido nuevos modelos de oficina impulsados como adaptación al cambio; es el caso del trabajo remoto desde casa apoyado en tecnologías de la comunicación, o los modelos híbridos menguados por la alternancia, los cuales han llevado a redefinir la manera en la que trabajamos, al brindar a los empleados una forma más flexible de laborar, y poniendo en jaque el concepto de oficina tradicional. Y aunque no tenemos forma de saber qué deparará el futuro, en una era en la que tantas tecnologías disruptivas han emergido, existen diversas razones para creer que muchas de las empresas mantendrán sus espacios físicos.

Y es que la empresa es un negocio de personas y, por ende, la oficina además de ser un espacio laboral, es una experiencia social, y la socialización, comunicación y colaboración está en nuestra naturaleza desde el ser. Necesitamos el contacto social y compartir para ser más creativos, de aquí que el concepto de oficina evolucione de forma diferente, pero no desaparezca, quizás este espacio sufra grandes transformaciones debido a los constantes cambios tecnológicos y a las nuevas generaciones, lo cual conlleve a reinventar y redefinir la manera en que trabajamos.

Finalmente cabe mencionar que, si el trabajo y el lugar de trabajo están cambiando, hay nuevos desafíos y nuevas oportunidades que debemos afrontar, por ello debemos estar abiertos a nuevas ideas, permanecer flexibles y ser ágiles.

CAROLINA CASTAÑEDA MEJÍA